Jamón Ibérico, la Joya de la Corona
El jamón ibérico es la carne curada más cara y famosa de España. La historia sobre cómo se crían en las dehesas y de cómo se alimentan con bellotas es extraordinaria. También es bastante llamativo saber que el proceso de curación lleva varios años hasta que se puede degustar y vender el producto.
El jamón ibérico cuenta con una historia detrás que destaca por ser única y excelente.
Este es un producto que tienes que probar, al menos, una vez en tu vida para experimentar su sabor, su riqueza e intensidad. Lo bueno es que puedes comprar la pieza completa con o sin hueso, normal o de bellota, loncheado…
Hay varias opciones para ti. ¡Echa un vistazo y pruébalas!
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¿Dónde Empezó su Historia?
Se sabe que durante el Imperio Romano es cuando la gente de lo que hoy conocemos como España empezó a producir jamón curado correctamente. Al igual que sucedía con muchas otras carnes, la mejor manera de conservarlas era al salarlas y dejarlas secar. Hace 2000 años era común curar el animal entero, en este caso hablamos de un cerdo. Sin embargo, eran las patas del animal una de las partes más demandadas. Estas patas curadas normalmente acababan en la mesa de la gente más rica y poderosa de la sociedad de la época.
Posiblemente el proceso de curación no era tan perfecto como lo es actualmente, pero se las arreglaban bastante bien para conseguir una carne deshidratada, rica y comestible. Esta manera de conservar la comida con sal hizo que resultara relativamente fácil para aquella gente sobrevivir al invierno y a aquellas épocas en las que la escasez de la comida era el día a día.
Evolución de Esta Delicia
Tiempo después, durante la Edad Media y gracias a la Iglesia y al trabajo de numerosos monasterios, esta técnica centenaria para conservar el jamón y otras carnes pudo conservarse hasta la época actual. Al igual que sucedió con la mayor parte del conocimiento, si los monjes no hubieran guardado esta información, no podríamos disfrutar de este maravilloso bocado hoy en día.
Tras la Edad Media y una vez que mucha gente pudo acceder a este conocimiento, los españoles continuaron con la curación de jamones de cerdo blanco. No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando la gente se decidió a probar este proceso con otro tipo de cerdo. En este caso se trataba de un cerdo salvaje que era fácil de encontrar en las zonas occidentales del país, donde las encinas crecían en grandes bosques. Este cerdo salvaje es lo que hoy conocemos como Cerdo Ibérico.
Tal y como puede comprobar con esta breve explicación, la tradición tiene un fuerte peso en la producción del Jamón Ibérico. Sin el conocimiento adquirido durante más de 2000 años, habría sido imposible crear una delicia así.